Muchas madres nos cuentan que les cuesta sudor y lágrimas hacer que sus hijos se cepillen los dientes, que a diario tienen que insistirles, amenzarlos con castigos, con que se le van a caer los dientes, etc… Y que, aunque puntualmente estos sistemas funcionan, no llegan a crear un hábito de higiene dental en el niñ@.
Pues bien, aquí os dejamos algunos consejos sobre cómo promover en vuestros hijos un hábito de higiene dental correcto y saludable:
Cuando erupcione el primer diente
Ese es el momento en que debemos de iniciar la higiene dental del niño. Higiene que debe de ser realizada por los padres con una gasa o un cepillo específico para esa edad. La pasta de dientes no es necesaria, y además puede provocar que al niño no le guste el proceso. A medida que el niño se haga mayor, y pueda agarrar el cepillo, debemos de dejar que sea él quien se cepille, y supervisar después que lo haya hecho correctamente. Cuando ya sea capaz de comprender lo que es la pasta de dientes, y que no tiene que tragarla, sino escupirla, podemos ir usando una pequeña cantidad de pasta.
Crear un hábito
Para lograr crear un hábito es necesaria la continuidad y la perseverancia. Es necesario que sea a diario, tener paciencia con nuestros hijos, costará al principio, porque son niños, y tienen la cabeza en otras cosas, pero si lo ven como algo normal, se acabarán acostumbrando a que cepillarse los dientes forma parte de sus vidas.
Dar ejemplo
Como en todo lo que aprenden los niños, el ejemplo de los padres es muy importante. Será un refuerzo positivo para el niño, que su padre o madre se cepille los dientes con él, y el niño tratará de imitar ese hábito.
Técnica de cepillado
No es importante durante los primeros años de vida que el niño tenga una técnica de cepillado exquisita y perfecta. Es más importante la creación del hábito. Por ello los padres no deben de fijarse en la técnica de cepillado, ni corregir mucho a su hijo miestras se cepilla. Un exceso de celo en la perfección del cepillado por parte de los padres puede provocar que el niño aborrezca el momento de cepillarse, porque no quiere que lo regañen. Cuando ya el niño tenga la habilidad para manejar bien el cepillo, podemos darle indicaciones más precisas de cómo debe cepillarse. También podemos pedirle al odontopediatra que le explique la técnica en la próxima visita.