La Ortodoncia y la Implantología son dos especialidades totalmente distintas de la odontología, pero que en muchas ocasiones trabajan sinérgicamente para lograr un tratamiento de éxito. El implantólogo ocasionalmente le pide al ortodoncista, que le abra un espacio para colocar un implante, que le enderece los dientes adyacentes y antagonistas al implante, o que cree una oclusión estable previa a la implantación, etc. Y el ortodoncista a veces recurre a los implantes para anclarse temporalmente y mover algún diente o grupo de dientes. Pero sin un buen diagnóstico y plan de tratamiento, el tratamiento puede complicarse.
Por norma general, salvo raras excepciones, los implantes siempre se colocan después del tratamiento de ortodoncia. ¿Y por qué esto es así? Simplemente por sentido común, pues la ortodoncia acomoda todos los dientes en las arcadas dentarias, y el implante actúa como un muro que limita el movimiento de los dientes por parte del ortodoncista, limitando por tanto también el éxito y excelencia de ese tratamiento de ortodoncia, o incluso impidiéndolo totalmente. Un tratamiento multidisciplinar de ortodoncia e implantes precisa de un planning meticuloso, estableciendo los tempos adecuados, en que cada especialista debe actuar, para llegar a buen puerto con el tratamiento. La comunicación entre ortodoncista e implantólogo ha de ser buena y tener objetivos comunes, que además deben de coincidir con los objetivos y expectativas del paciente.
Por otro lado, en ocasiones, con el tratamiento de ortodoncia, se pueden cerrar los espacios donde antes tenias que colocarte un implante, con tus propios dientes, o al menos reducir el número de implantes que necesites.
Por tanto, si necesitas uno o varios implantes, pero además estas planteandote el ponerte ortodoncia, consulta antes a un ortodoncista, pregúntale cual sería el orden ideal del tratamiento para obtener unos buenos resultados. No tengas prisa por colocarte los implantes, pues quizás después no puedas alinear tus dientes, y obtener la sonrisa que deseas.